Estrategias para el abordaje de la diabetes tipo 1: primera parte

Hacía tiempo que tenía ganas de escribir un artículo sobre el abordaje de la diabetes tipo 1 porque, como muchos sabréis, comparto mi vida con un diabético.

Lo cierto es que mis conocimientos sobre la DM1 eran los del manual de los estudios de dietética junto con las recomendaciones oficiales, por lo que vivir la enfermedad desde dentro me ha hecho cambiar radicalmente mi posición frente al tratamiento de esta y otras patologías autoinmunes.

Cuando hace dos años aproximadamente le diagnosticaron DM1 a mi pareja recibimos consejos de todo tipo por parte de profesionales sanitarios y, como no, de amigos y conocidos que saben mucho del tema porque su abuelo es diabético o tienen un tío que hace vida normal y “solo” tiene que pincharse.

Pues bien, la DM1 es una enfermedad crónica autoinmune, lo que significa que el propio organismo, para explicarlo de forma sencilla, se ataca a si mismo y es capaz de destruir diferentes tejidos del cuerpo. En algunos casos ataca a la tiroides (hipo/hipertiroidismo), en otros casos ataca al hígado (hepatitis crónica), en otros a los intestinos (Crohn, colitis ulcerosa…) y, en el caso de la diabetes tipo 1, el páncreas.

Voy a desglosar este post en diferentes apartados (y dos partes) para que sea más sencillo entender por vuestra parte y explicar por la mía cuáles son los mecanismos desencadenantes de la DM1, cuáles son las herramientas de diagnóstico de la enfermedad y cuáles son las estrategias nutricionales y de estilo de vida que tienen los pacientes en sus manos para empoderarse y gestionar la patología de la mejor forma posible.

¿Qué es la diabetes mellitus tipo 1?

La diabetes mellitus es un trastorno metabólico en el cual se presenta una tasa de glucosa elevada en sangre de forma crónica.

A diferencia de la diabetes tipo 2, la DM1 es un proceso irreversible en el que se produce una destrucción total de las células beta-pancreáticas, por lo que es necesaria la inyección de insulina exógena para poder vivir.

La DM1 suele aparecer en los primeros años de vida, por lo que también es conocida bajo el nombre de diabetes infanto-juvenil. El debut suele producirse antes de los 30 años y afecta más a hombres que a mujeres.

La aparición de la DM1 está relacionada con un proceso de inflamación que produce la destrucción de las células beta. Puede haber diferentes causas que la provoquen, como por ejemplo la presencia de anticuerpos GAD, virus como la rubéola, coxsackie…

Algunos estudios recientes relacionan la aparición de la DM1 con otras enfermedades autoinmunes como la celiaquía. Lo cierto es que la relación entre la inflamación a nivel intestinal provocada por algunos tipos de proteínas y el desarrollo de enfermedades autoinmunes es cada vez más fuerte.

A día de hoy sabemos que la relación entre la microbiota y nuestro sistema inmunitario (que se encuentra en nuestro intestino en un porcentaje que varía del 60 al 80%) es más que evidente. Las bacterias que viven en nuestro intestino tienen la capacidad de modular diferentes procesos inflamatorios, por lo que será de vital importancia la alimentación en el tratamiento de cualquier tipo de inflamación o patología autoinmune. Te interesa leer más sobre permeabilidad intestinal.

Aquí abajo puedes ver cómo funciona la insulina en tu organismo.

Cómo funciona la insulina.
Cómo funciona la insulina.

¿Cómo se diagnostica la DM1?

La diabetes mellitus tipo 1 se suele presentar de forma brusca. El desarrollo de la enfermedad es rápido y precoz y la sintomatología bastante evidente.

Aún así, el diagnóstico de la patología suele ser difícil en algunos casos en los que el paciente no da importancia a los signos. Al ser una enfermedad de debut rápido, puede ocasionar daños graves a nivel orgánico si no se diagnostica a tiempo.

SÍNTOMAS:

-Cansancio y fatiga.

-Hambre voraz y sensación de no haber comido suficiente.

-Sed extrema.

-Poliuria (orinar muy a menudo). Es habitual despertarse varias veces por la noche para orinar.

-Sudores fríos y temblores.

-Mareos.

-Visión borrosa o pérdida de visión.

-Pérdida de peso (no intencionada).

-Entumecimiento y/o hormigueo en las extremidades.

-Cetoacidosis*

*Es una condición grave que afecta a las personas con diabetes tipo 1. Pone en peligro la vida del paciente y es necesario tratamiento médico inmediato. Los síntomas son: vómitos y náuseas, dolor de estómago, aliento dulce o afrutado, pérdida de conciencia, pulso acelerado, dificultad respiratoria… NO CONFUNDIR CON CETOSIS.

ANÁLISIS DE SANGRE Y ORINA  MÍNIMOS PARA LA DETECCIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA DM1

Valores que deben tenerse en cuenta en pacientes con diabetes o a quiénes se les está realizando un posible diagnóstico de la enfermedad:

Glucosa en sangre: se realiza mediante un pinchazo en el dedo y con la ayuda de un medidor y tiras reactivas. Es lo que usan los diabéticos diariamente para analizar sus valores y adaptar las dosis de insulina y carbohidratos en las comidas. Se realiza en farmacias y puede darnos pistas si todavía no nos han diagnosticado la patología. Es una herramienta de prevención en casos en los que la elevación de glucosa en sangre no es patológica pero es la antesala de algún trastorno metabólico (DM2, obesidad, resistencia a la insulina, etc.)

Abajo puedes ver una tabla de los niveles de glucosa en sangre en situación postprandial y en ayunas.

tabla de glucosa en sangre

Hemoglobina glicada (HgbA1c): sirve para conocer los valores medios de azúcar en sangre de los tres últimos meses aproximadamente. Los valores por encima del 8-9% se consideran peligrosos para la salud del paciente y se debe revisar la dosis de insulina diaria y también los hábitos de vida.

-Péptido C: sirve para medir la presencia de la hormona insulina en sangre. En un período inicial del debut de la enfermedad es posible que el páncreas todavía genere una pequeña cantidad de insulina. Es una etapa conocida como «luna de miel». Es importante tenerlo en cuenta para predecir la evolución de la enfermedad y alargar a través de las inyecciones exógenas y otras estrategias de estilo de vida la producción de insulina del páncreas. A largo plazo, por desgracia, la destrucción de las células betapancreáticas es total.

-Factores de riesgo cardiovascular: LDL, HDL, colesterol, PCR, homocisteina, insulina… Mirando solo el colesterol no se predice el riesgo cardiovascular. Hay que analizar más parámetros y hacer una lectura que vaya más allá de cifras.

-IGF1 (hormona de crecimiento): en casos en los que hay riesgo de padecer una retinopatía diabética.

-Pruebas oculares y dermatológicas: los pacientes con DM1 tienen tendencia a desarrollar retiopatías y otros trastornos oculares, así como posibles problemas dermatológicos: hematomas, heridas que tardan en cicatrizar, dermatitis, pie de atleta…

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO CONVENCIONAL PARA LA DM1?

Los pacientes con DM1 necesitan inyectarse insulina de por vida ya que la destrucción de las células beta-pancreáticas le impiden secretar la hormona.

Actualmente los pacientes con DM1 pueden inyectarse dos tipos de insulina: la de efecto lento y la de efecto rápido. Existen diferentes nombres comerciales para este tipo de insulinas:

  • Las insulinas de efecto lento suelen normalmente una vez al día y su acción es prologada, de forma que producen la liberación de insulina hasta lo largo de 24h para mantener unos niveles de glucosa en sangre estables.
  • Las insulinas de efecto rápido suelen inyectarse antes de las comidas. Su efecto sirve para contrarrestar el efecto de los carbohidratos presentes en las comidas.

Por eso, la mayoría de personas con diabetes necesitan mirarse el azúcar antes de comer y después (preprandrial y postprandrial) para conocer el efecto de la insulina y aprender a adaptar la ingesta de carbohidratos a sus necesidades. Es un duro y largo trabajo de autoconocimiento que suele afectar a nivel psicológico a los pacientes que tienen dificultades para adecuar sus dosis.

Las posiciones oficiales para el tratamiento de la diabetes tipo 1 son bastante claras: insulina lenta, insulina rápida y dieta por raciones.

Aquí abajo os muestro la dieta que le dieron a mi pareja en el hospital cuando le diagnosticaron DM1. Evidentemente, ni le pesaron, ni le preguntaron por su actividad física, ni por sus gustos, ni nada de nada.

Es la típica dieta de cajón que se da a TODOS los pacientes diagnosticados de la misma enfermedad de forma generalista y prescrita por profesionales sanitarios que NO son dietistas-nutricionistas. Normalmente son enfermeros/as que se han formado en cursos sobre diabetes y endocrinos/as.

Diabetes raciones

En el siguiente punto voy a hablar largo y tendido de la dieta por raciones porque creo que es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los pacientes con DM1 a la hora de gestionar la enfermedad.

Para ir abriendo boca, fijaos en la cantidad de farináceos que se recomiendan a una persona que necesita insulina exógena para vivir y atención a las raciones diarias de verdura, que brillan por su ausencia.

¿Por qué a una persona que no segrega insulina se le recomiendan cantidades de carbohidratos que sólo puede gestionar a través de la insulina exógena? ¿Es por qué los carbohidratos son la ÚNICA fuente de energía para nuestro organismo?

LA DIETA POR RACIONES O CÓMO VOLVERSE LOCO AJUSTANDO MACROS

Si tienes DM1 o algún amigo o familiar con la patología seguro que estás al día de la dieta por raciones.

Normalmente te dan un cursillo acelerado de cómo funciona el tema. Suele ser un enfermero/a especializado/a en diabetes que te explica el funcionamiento de la dieta y cómo aplicarlo.

En el caso de mi pareja, fuimos al hospital con una cita concertada con la enfermera de endocrinología para que nos explicara qué era esto de la dieta por raciones.

Llegamos allí y sacó un maletín lleno de alimentos de plástico, los típicos con los que juegan los niños a cocinitas en el colegio.

Pues bien, para que os hagáis una idea, a cada alimento le corresponden X raciones. Por ejemplo, 30g de pan son una ración, igual que una manzana. Al día tienes que comer tantas raciones de cada grupo y, por lo tanto, ir adecuando las dosis de insulina antes de cada comida para evitar hipo e hiperglucemias.

También suelen darte unos cuantos libritos editados por las mismas empresas que fabrican insulina en las que te explican cómo deben ser tus platos y las raciones de carbohidratos que debes incluir en cada ingesta.

Lo del maletín me dejó loca, pero cuando vi los libritos pensé que me iba a echar a llorar. Platos de espaguetis, sanjacobos, croquetas, filetes empanados… Recuerdo que le pregunté a la enfermera: «estos espaguetis son integrales, ¿no?». Su cara fue un poema y yo no sabía para dónde girarme.

Con el estrés que nos había provocado el diagnóstico de la enfermedad nos aferramos a la dieta por raciones durante un tiempo. Fue un absoluto desastre. Mi pareja pasaba de 300 a 40 en un abrir y cerrar de ojos y su estado de ánimo era también una montaña rusa.

Esto no te lo cuentan cuando te diagnostican la enfermedad. No te cuentan que te cambia el carácter, que tienes días malos y muy malos, que cuando tienes una bajada solo tienes ganas de echarte en la cama, que cuando tienes una subida sientes que la cabeza te va a explotar o que sabes que vas a tener que depender de una aguja para vivir el resto de tus días. 

Sí, el apoyo psicológico también es una herramienta para el tratamiento de las enfermedades crónicas aunque en nuestra sanidad no se hayan enterado.

¿Cuál es el problema de la dieta por raciones?

Desde mi punto de vista esta dieta se centra en el conteo de carbohidratos dejando de lado un aspecto que me parece más importante y que se debe aplicar a cualquier tipo de dieta: comer alimentos reales.

Si sigues una dieta por raciones puedes caer fácilmente en la trampa del conteo de macronutrientes sin tener en cuenta la procedencia de los mismos. Es decir, la dieta no contempla los alimentos en sí, sino a cuántos gramos de CH estás ingiriendo. Da igual si vienen de un boniato o de un trozo de pan Bimbo. Y eso, amigos míos, es un GRAVE PROBLEMA.

Otro problema que le veo a la dieta por raciones es que no tiene en cuenta factores como la actividad física o los cambios hormonales. Y es que nuestro organismo no es una máquina que funcione con la misma precisión y exactitud las 24h del día.

Si has tenido un día muy estresante en el trabajo y tus niveles de cortisol se encuentran por las nubes es muy probable que tu sensibilidad a la insulina se vea afectada y que, posiblemente, ese día, te cueste llegar a controlar los niveles de glucosa en sangre. La respuesta no puede ser siempre matemática porque no podemos controlar todas las variables. Es IMPOSIBLE.

La adherencia es un factor clave para alcanzar el éxito en una dieta. Si tu alimentación es muy restrictiva o dependes de estar contando raciones todo el día, es posible que te acabes hartando y sientas que no merece la pena. Algunas personas ven muy mermada su calidad de vida porque se sienten esclavos de su dieta. Cuidado con las recomendaciones que hacemos a los pacientes con enfermedades crónicas. El desgaste a nivel psicológico es muy grande.

A día de hoy también sabemos que hay alimentos que pueden ser problemáticos para las personas con autoinmunidad. He hablado sobre ello en otros post sobre salud intestinal y microbiota.

Los alimentos proinflamatorios como los cereales con gluten, los lácteos y el azúcar alteran nuestra microbiota intestinal y empeoran los síntomas de determinadas patologías autoinmunes. Habla de este tema la dietista Ana Muñiz en su web Me gusta estar bien: «Gluten, estrés, toxinas e infecciones: desencadenantes de enfermedades autoinmunes». En este otro post nos habla de la dieta LCHF (low carb-high fat) sin gluten para niños con DM1.

Las dietas bajas en hidratos se presentan como una buena herramienta para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 y de otros trastornos metabólicos. Si bien es cierto que hasta ahora la tendencia eran las dietas altas en carbohidratos y bajas en grasas, los resultados parece que dejan bastante que desear. Las tasas de diabetes tipo 2, obesidad infantil y enfermedades cardiovasculares no dejan de aumentar en nuestro país. ¿Deberíamos replantearnos las recomendaciones oficiales? Puede que sí…

EN LA SEGUNDA PARTE DEL ARTÍCULO HABLAREMOS DE LA ACTUAL EVIDENCIA SOBRE DIETAS BAJAS EN CARBOHIDRATOS Y DE OTROS FACTORES QUE MEJORAN LA CALIDAD Y PRONÓSTICO DE VIDA DE LOS PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO 1

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