
Hacer la compra sin plásticos
¿Cómo hacer la compra sin plásticos ni generar residuos?
Es un objetivo que hace ya unos años nos propusimos en casa.
Te engañaría si te dijera que lo hemos conseguido al 100% porque no es fácil.
Sin embargo, sí que hemos reducido muchísimo la cantidad de plásticos que entran en casa y hemos conseguido aprender a planificar mejor nuestras compras.
En nuestro caso, creo que comprar algunas cosas a granel es más difícil porque llevamos una dieta tipo paleo/cetogénica. Eso significa que no comemos cereales ni legumbres, que son dos básicos que se pueden adquirir muy fácilmente al peso.
En cambio, alimentos como el pescado, la carne o los embutidos son un poco más complicados de pedir en un formato que no sea el plástico.
En general, nos hemos encontrado siempre con muy buena predisposición en tiendas y supermercados cuando les hemos dicho que nos pusieran los productos en tuppers o bolsas.
La verdad es que puedes parecer un «bicho raro» pidiendo que te pongan medio pollo en un tupper o las lubinas en una bolsa de silicona.
Pero una vez te deshaces de esta vergüenza por ir a contracorriente, sientes una satisfacción inmensa.
A nosotros nos ha pasado que las personas que estaban en la cola o los mismos trabajadores de la carnicería/pescadería se han interesado por cómo lo hacemos y nos han felicitado.
Al final, se trata de dar el paso e ir un poco a nuestra bola, y más a sabiendas que se trata de un gran gesto para la ecología del planeta.
Lo dicho, te dejo aquí algunos básicos para hacer una compra sin generar residuos ni plástico.

Bolsas de tela
Usamos de varios tamaños y tenemos un montón repartidas por varios sitios por si salimos de casa y hacemos alguna compra inesperada: en el coche, en el carrito del niño, en el bolso…
Tenemos las típicas grandes con asas para llevar la compra dentro (esta me la regaló mi amiga Vicky. Las hace ella) y también algunas pequeñas como estas de aquí para poner dentro fruta y verdura.
El año pasado reciclé algunas telas que tenía por casa e hice con ellas algunas bolsas con cierre de cordón (súper fáciles de coser) para ir a comprar frutos secos, semillas y té a granel.
Antes de comprar bolsas de tela, pregúntate si puedes reciclar alguna que te hayan regalado con alguna compra, a modo promocional o si puedes hacerla tú misma con retales que tengas por casa, sábanas viejas, etc. Así también ahorras dinero y generas menos residuos.
Bolsas de silicona
Cuando descubrí estas bolsas se abrió un nuevo mundo de posibilidades ante mí.
En casa las uso para congelar comida preparada (incluso caldo de huesos) y también me las llevo al supermercado para comprar queso. Tienen un tamaño perfecto para meter una cuña dentro.
También son perfectas para que los peques lleven el almuerzo al cole: manzana cortada, frutos secos, taquitos de queso…
Se lavan súper bien a mano o en el lavavajillas y no concentran olores, algo que personalmente me da mucha manía.
Tuppers de cristal
El básico de los básicos.
En casa tengo dos juegos: uno de piezas rectangulares y otro de piezas redondas para poder conservar, tanto en nevera como congelador, todo tipo de alimentos.
Estos son los que me llevo en la bolsa de tela cuando tengo que ir a comprar carne o pescado.
El único inconveniente que les veo es que pesan un poco, pero tengo la costumbre de meterlo todo debajo el carro del bebé y listo.

Tuppers de acero inoxidable
Estos me encantan para el embutido.
Me los llevo también en la bolsa de tela y pido que por favor pongan ahí dentro el jamón o el chorizo (los dos únicos embutidos que compramos en esta casa).
Se conserva muy bien en la nevera, no se queda los olores y para mi tienen una ventaja frente a los de cristal: no pesan nada de nada.
Así que también son una excelente opción para que los peques se lleven el almuerzo al cole.

Tarros de cristal
Te diría que compraras varios de algunas marcas que me gustan mucho, pero lo cierto es que no es en absoluto necesario.
De hecho, yo compré algunos para envasar una tanda de salsa de tomate muy grande debido a la sobreproducción del huerto.
Pero en realidad lo que hago siempre es reciclar todos los tarros de cristal que compro con comida envasada.
Por ejemplo, si compro aceitunas en tarro, alguna salsa, alguna conserva… O sino mi madre y mi abuela me regalan los que les sobran de mermeladas, legumbres y otros productos.
A veces me llevo estos tarros para comprar café, té y especias. Son más prácticos para no desparramar el contenido y tienen la ventaja de que hay de muchísimos tamaños.
También uso los de tamaño más grande para ir a comprar mis productos de limpieza a granel. En la isla tenemos la suerte de poderlos comprar en una tienda que vende jabón, suavizante, detergente y demás productos del hogar a granel y puedes llevar tus tarros para rellenarlos.
Una auténtica maravilla.

Espero que los consejos que te he dejado te sean de ayuda y que te animes a ir al supermercado dispuesta a generar menos residuos.
Es imposible hacerlo todo perfecto, pero desde luego, con pequeños gestos se hace la diferencia.
¿Tú también vas a comprar con tus cacharros? ¿Tienes algún truco que quieras compartir?